Cayó un ángel cansado en el campo y dió con una familia humilde que tenía una vaca como forma de subsistencia. La madre cada mañana la ordeñaba pacientemente y con la leche daba de alimentar a su marido y a su joven hijo que crecía feliz, sano y vigoroso. Vivían en una cabaña humilde pero gracias a su vaca no les faltaba de nada. El padre solía intercambiar con sus vecinos la leche sobrante por maíz, lana y, en definitiva, lo necesario para subsistir. Así pasaban discretamente los días, tumbados bajo la sombra de los árboles con la sola preocupación de ordeñar su vaca.
Al ver ésto, el ángel preguntó a Dios:
-Es verdad que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, en la sencillez...¿No representa sin duda esta familia la dicha?
Dios contrariado le dijo a su ángel:
-Cuando se haga de noche vete a la cabaña de esa gente, róbales la vaca y tírala por el barranco.
-Pero maestro...
Así se hizo y ángel continuó su camino dejando a la pobre familia sin vaca.
Al cabo de unos años, el joven ángel que durante todos estos años no había podido calmar su conciencia, decidió volver al lugar para corregir, si aún estaba a tiempo, su mala acción y compensar a la familia por ello.
Al llegar, donde antes había una pobre parcela, se encontraba una floreciente granja con muchos y variados animales y unos terrenos de cultivo florecientes. El ángel se acercó a un hombre que parecía ser el dueño del lugar:
-Señor, ¿no sabrá usted qué ha sido de una familia humilde que hace unos años subsistían aquí gracias a la leche que les daba su vaca?
-Señor, creo que usted habla de mi familia. Nosotros teníamos una vaca y un día al levantarnos la vaca había desaparecido, así que al quedarnos sin nuestro medio de vida, tuvimos que agudizar el ingenio y trabajar muy duro para buscar un medio de vida que no dependiese tan sólo de un animal. Aramos la tierra, plantamos árboles frutales, con el tiempo compramos algunos otros animales y hoy vivimos felices en esta bonita y próspera granja.
-Pero ustedes antes también eran felices.
-Si pero una felicidad basada en la suerte y la ignorancia. Ahora hemos cogido las riendas de nuestra vida y es mucho más satisfactorio...y todo ello no hubiera ocurrido si la vaca no hubiera desaparecido.
El ángel contento se fue a una cueva a meditar y concluyó "Cuando crees que lo que tienes es todo, hay cambios que vienen siempre para mejorar"